La Coordinadora Europea Vía Campesina (ECVC), que agrupa organizaciones campesinas y de trabajadorxs agrícolas a nivel europeo, expresa su pleno apoyo a las flotillas que se dirigen a Gaza y denuncia el secuestro ilegal de sus miembros llevado a cabo por las autoridades israelíes. Las flotillas nos muestran cuál es el camino hacia la solidaridad mundial y activa con la lucha del pueblo palestino que ponga fin al genocidio y lo libere de la potencia ocupante. La flotilla lleva a cabo lo que nuestros gobiernos cómplices se abstienen de hacer: romper el bloqueo ilegal y ayudar a una población devastada por el hambre y las bombas.
A mediados de septiembre, ciudadanxs de cuarenta países se embarcaron en unos cincuenta barcos para intentar romper el asedio que Israel impone a Gaza desde 2007. Al mismo tiempo, ECVC se une a la declaración de solidaridad de La Vía Campesina: el embarque de representantes de la Confédération Paysanne, de la región árabe y del norte de África (ArNA) y de la asociación Million de Femmes Rurales et les Sans-Terre, muestra que todo el movimiento campesino intenta romper el asedio israelí.
Mientras que Israel provoca el hambre de la población de Gaza asediándola y atacando todas las infraestructuras esenciales para la vida (centros de maternidad, panaderías, plantas desalinizadoras, hospitales...). La Flotilla transporta a bordo material humanitario, como leche para bebés, medicamentos y material médico. El derecho internacional humanitario, protege a la flotilla pacífica en conformidad con los Convenios de Ginebra, que exigen a los Estados garantizar su paso y llegada seguros a las costas de Gaza. Su interceptación por parte de Israel constituye, por lo tanto, un crimen de guerra ante el que los Estados deben responder con medidas concretas. En este sentido, aplaudimos la clara iniciativa del Gobierno colombiano de expulsar a la delegación de diplomáticos israelíes.
Nuestrxs compañerxs campesinxs palestinxs, representadxs por nuestra organización hermana, la Unión de Comités de Trabajadores Agrícolas (UAWC), sufren, junto con todo el pueblo palestino, un acoso permanente y una violencia exacerbada. El avance de la expansión colonial en Cisjordania está visceralmente ligado a la desposesión de las tierras de cultivo, al acaparamiento del agua y al ataque a los sistemas de semillas y de alimentos palestinos. En julio, denunciamos la destrucción del banco de semillas palestino en Hebrón por parte de Israel y, en agosto, el arranque de 10 000 olivos. Estos episodios se suman a la larga lista de tentativas de aniquilación de la identidad del pueblo palestino y de su autonomía alimentaria, en continuidad con el uso del hambre como arma genocida.
Instamos a los Estados europeos a adoptar medidas reales que obliguen al Estado de Israel a poner fin al genocidio y a la ocupación colonial de Cisjordania. Más allá de una simple pasividad, denunciamos la complicidad activa de los gobiernos y de la Unión Europea, que sigue siendo el primer socio comercial de Israel y su segundo proveedor de armas. Es incomprensible que no se hayan tomado medidas claras para que cese dicha complicidad: la prevención de un genocidio es una obligación inamovible impuesta por el derecho internacional, a la que cada Estado está sujeto.
Exigimos sanciones inmediatas contra el Estado israelí, por medio de la imposición de un embargo sobre los productos procedentes del país, así como la suspensión inmediata y completa del acuerdo UE-Israel, cuyo artículo 2 prevé su interrupción en caso de violación de los derechos humanos y los principios democráticos por una de las partes. También hacemos un llamamiento para que todxs, agricultorxs, consumidorxs, pequeñas empresas y colectividades públicas, boicoteen los productos procedentes de Israel mientras continúe el genocidio y se le siga negando al pueblo palestino el derecho a la autodeterminación.
Por último, hacemos un llamamiento para que las organizaciones sindicales y los movimientos sociales campesinos se unan en solidaridad con el pueblo palestino para tener una influencia concreta en el curso de las atrocidades que se están cometiendo. Nos sumamos plenamente al llamamiento de La Vía Campesina que insta a ocupar los puertos, ejercer presión sobre las cadenas de suministro que alimentan la guerra y apoyar logística y financieramente todas las acciones solidarias, entre ellas, la flotilla. En este sentido, nuestrxs compañerxs sindicalistas y estibadorxs italianxs son un ejemplo de solidaridad.
Mientras que Israel mate de hambre y asedie Gaza, que el yugo colonial se estreche en Cisjordania, mientras que nuestros Estados se sigan enredando en su complicidad, ¡unámonos! La flotilla representa nuestra dignidad.
¡Viva la lucha del pueblo palestino!